25 abril 2006

La vida te da sorpresas...sorpresas te da la vida


Que diría Rubén Blades. En una de las primeras entradas de esta bitácora, manifestaba mi oposición a esos programas de televisión donde le arrebataban la dignidad a los frikis y semi famosos, esos personajes que despiertan ternura y estupefacción a partes iguales. Alguien dejó un comentario a ese artículo que viene a decir que no debemos ser ingenuos y engañarnos, que no somos nosotros los que nos reímos de los frikis sino justamente al revés; no solo disfrutan de una fama efímera que les sabe a gloria sino que se llenan los bolsillos a costa de nuestras carcajadas. Dudaba de este argumento, hasta hace unos pocos días gracias a Nuria Bermúdez, que ha dado literalmente un giro de 180º a su vida profesional y su imagen pública.
NuriaBer saltó a la arena del circo mediático por sus escarceos sexuales con Antonio David, el guardia civil más famoso del cuerpo, asegurando que solamente en sus encuentros con ella, el entonces esposo de Rociíto Jurado, daba lo mejor de sí mismo - hasta siete veces seguidas -. Pululaba por las discotecas atemorizando a los futbolistas, pues era notoria su afición a cazar escándalos de alcoba con jugadores famosos para después contarlo en un plató, previo pago de la cifra correspondiente. Su nombre se asoció a la prostitución de lujo y se la llegó a ver dejándose sobar por el abogado más casposo del país: Rodríguez Menéndez. Y el currículum sigue, y sigue... Vamos, una joyita.
Pues bien, NuriaBer ha decidido hacerse representante profesional de futbolistas de elite. No es una broma. Fue noticia en muchas secciones de deportes de informativos. Nuria abonó los derechos correspondientes y realizó la prueba que exigen la FIFA y la Real Federación Española de Fútbol, un examen teórico que, por lo visto no es nada fácil y no está al alcance de cualquiera. Aprobó, con muy buena nota, además. Desde hace poco, Nuria está legal y oficialmente capacitada para negociar traspasos, firmar contratos millonarios y llevarse entre un 6% y un 10% de comisión. Asegura que tiene algunas ofertas de potenciales representados y que se lo piensa tomar en serio. La FIFA exige a todos los representantes que paguen una cuota mensual bastante alta, a modo de seguro de responsabilidad, pero Nuria asegura que se lo puede permitir. "He hecho muchos Salsa Rosa" ha dicho. También afirma que conoce perfectamente los entresijos más ocultos del deporte rey y que entiende perfectamente cómo funciona la mente del futbolista.Desde luego, esta chica se ha estado riendo de nosotros todo el tiempo y tiene de todo menos un pelo de tonta. Tras la máscara de gritona profesional, de montajista y mujer escándalo se escondía un genio... Y nosotros sin saberlo. ¿Se imaginan que el fichaje del verano se decida en las oficinas de cualquier club de primera división gracias a las dotes negociadoras de la Bermúdez? La Nuri Ha cambiado los platós por los despachos y a partir de ahora se moverá entre estrellas del fútbol - con fines distintos a los iniciales, espero - y entre empresarios de alto copete. No sé si reírme o llorar. De todas maneras no puedo hacer otra cosa que desearle suerte. Por lo menos se lo ha currado. A partir de ahora, cada vez que vea a Pocholo, lo miraré con otros ojos. ¿Quién sabe? a lo mejor llega a Presidente del Gobierno

11 abril 2006

De fotografía, L.O.E. y otras lindezas


Desafiando el alto grado de toxiciudad de Madrid, que diría un amigo, provocado por el espíritu de zapador frustrado de Ruiz Gallardón, el pasado fin de semana me he dado un salto por la capital, una visita relámpago. ¡Hay que ver cómo está Madrid! Es una pena que las grúas y las hormigoneras estén engullendo por momentos el encanto madrileño, aunque algunas zonas del centro conservan su espíritu. Vida y cosmopolitismo rebosan por algunas esquinas. La Gran Vía es lo que siempre ha sido: una arteria que late al ritmo de un corazón cada vez más heterogéneo y multicultural, un ir y venir de historias anónimas que confunden sus pasos apresurados con el murmullo del tráfico. Algunas señas de identidad urbanas no pueden ser silenciadas ni siquiera por el más escandaloso de los martillos neumáticos.
En medio del frenesí castizo en Gran vía, encontré un remanso de tranquilidad en el edificio de la Fundación Telefónica - si es que la mención de la compañía puede dar tranquilidad a alguien -. Allí, hasta el día 21 de mayo, el fotógrafo Chema Madoz expone algunas de sus creaciones más importantes de los últimos cinco años. Me resulta difícil explicar en palabras el arte de Madoz a quien no conozca su obra. Su inteligencia y sutileza tan solo pueden apreciarse del todo viendo su trabajo, así que, quien no haya oído hablar nunca de él, puede ver algunas muestras de su genio visitando su página web o acudiendo directamente a la exposición que tuve la suerte de visitar el sábado. También hay libros y catálogos a la venta. Lo recomiendo vivamente.
Pero no fue la originalidad de la obra de Madoz, ni la belleza del edificio lo que me reconcilió un rato con el mundo. En la exposición, casi inadvertidos entre los distintos visitantes, había un hombre de mediana edad acompañado de una niña. Treinta y cinco o cuarenta él, entre cinco y siete ella. Estaban sentados en los bancos dispuestos en la sala para descansar. Con un tono de voz suave, casi un susurro, y con un cariño y una ternura que me conmovieron, el hombre desgranaba cada detalle de las obras, usando palabras sencillas y preguntándole a la niña cada poco si entendía las explicaciones. Los ojos de la pequeñaja de coletas estaban abiertos como platos, totalmente concentrada. Casi podía verse desde fuera cómo absorbía los conocimientos transmitidos con paciencia y delicadeza. Me los crucé a ambos un par de veces más, y lo mejor de todo era que el proceso de aprendizaje era todo un juego para la pequeña. Con un gritito ahogado y una risita, celebraba los aciertos a las adivinanzas que, el que supongo era su papá, le hacía cerca del oído para evaluar su capacidad de comprensión. Padre e hija estaban jugando y disfrutaban. Junto a la salida, mientras me sumergía otra vez en las venas de asfalto de Madrid, pude oír cómo la niña, exaltada, decía: las que mas me gustaron fueron esta, y esa de ahí y esa otra del cubito de hielo que vimos antes y también....
Me acordé inmediatamente de la Ministra de Educación y Ciencia - la saliente y la entrante - la nueva Ley Orgánica de Educación, de aprobación reciente y las altas cifras de fracaso escolar que esgrimen preocupados los responsables de colegios, asociaciones de padres y demás. La educación de calidad no solo se imparte en las aulas. Empieza y termina dentro de casa y eso no hay dios que lo cambie. Lo del colegio es sólo un porcentaje mínimo. Hasta que no seamos conscientes de esto y pongamos de nuestra parte... más charanga y pandereta para todos. Una mocosa de coletas ya lo ha aprendido sin darse cuenta, pero supongo que en un mundo perfecto tampoco habría andamios, hierros ni sacos de cemento junto a los parques.

No aciertas ni a la de tres... José Andrés


Está muy de moda eso del fogón y el puchero. Tenemos cocineros hasta en la sopa, si me permiten el juego de palabras. Oído Cocina o Duelo de Chefs en Cuatro, Hoy cocinas tú, en la Sexta o el sucedáneo Esta Cocina es un Infierno, de Telecinco, afortunadamente fuera de parrilla en la actualidad. Y eso, sin contar las emisoras locales. El caso es que la famosa nouvelle cuisine, que abanderaron en su día Ferrán Adriá o Juan Mari Arzak, parece continuar su progresión ascendente en España y la caja tonta aprovecha el tirón. De todos los pupilos de esa nueva tendencia, me he fijado en José Andrés, a quien podemos ver todas las tardes en TVE, en el programa Vamos a cocinar con José Andrés. En Estados Unidos es un gurú del buen llantar, que diría Labordeta. En su restaurante hay que reservar mesa con semanas de antelación y sus creaciones son solo aptas para bolsillos desahogados y paladares exquisitos. No he probado sus platos - ¡¡ya me gustaría!! - pero en lo televisivo, me parece un fiasco. Y de los gordos.
El empeño en explicar cada detalle de las albúminas, la fécula y las proteínas de cada alimento, la procedencia de los productos exóticos, etc. se hace soporífero. En cada programa, José Andrés interrumpe la elaboración del plato en cuestión para sentarse en una mesa, en plan clase magistral, y darnos una lección universitaria en química, historia y restauración. ¿Programa de cocina o Licenciatura en merengue suizo?. Quizás todo se reduzca a que el amigo José Andrés sabe mucho de cocina pero no tiene ni pizca de feeling en la pantalla: Si no está metido en harina no sabe qué hacer con las manos, su discurso está repleto de muletillas, reiteraciones y expresiones sin sentido, en ocasiones descuida la limpieza y el orden y eso, en la tele, se nota mucho. Lo peor de todo: Intenta hacer gracia sin ser gracioso. Además, suele utilizar infinidad de artilugios profesionales de cocina - termómetros digitales, medidores de densidad, etc.- que me cuesta ubicar en cualquier cocina media. Lo bueno si breve, dos veces bueno. No siempre es bueno rizar el rizo.
Con la excusa de la falta de tiempo en televisión, se abusa de la cámara rápida, con lo que se pierde mucha de la gracia que tiene el enseñar el proceso de elaboración. Cuando la cocina está manga por hombro, los efectos digitales de montaje - los duendecillos para el maestro - hacen el trabajo sucio pero rompen el ritmo. Muchos invitados son avasallados por las interminables explicaciones sobre texturas y sabores y su asistencia pierde sentido. Por no hablar de que el ex reportero de Caiga quien Caiga, Tonino, aparece ocasionalmente, aunque todavía estoy averiguando cuál es su función... Podría seguir hasta el infinito.Al pan, pan y al vino, vino. El auténtico genio de la cocina en la tele ha sido, es y será siempre Karlos Arguiñano, que además de buen cocinero de los de siempre, hace platos que hemos probado todos... y es un auténtico showman. Ni de lejos, le llegan los demás a la suela de los zapatos, tras años en antena y luchas en los despachos por contar con su rico, rico. Querido José Andrés: ya que te gustan tanto las clases universitarias, mira Telecinco a eso de las dos y toma apuntes, a ver si aprendes.

05 abril 2006

¿Quién quiere parecerse a Dan Brown?

Ficha técnica

Título original: Avenger
Título: Vengador
Autor: Frederick Forsyth
Traducción: Albert Solé
Editorial: Random House Mondadori
Año: 2003
ISBN: 84-9793-230-7

Sinopsis y Crítica

En mi última reseña planteaba mis dudas sobre la credibilidad y fiabilidad de las listas de libros más vendidos, de los famosos best sellers. Pues bien, mantengo mi criterio al respecto, pero debo resaltar que en las listas de éxitos literarios hay honrosas excepciones, que llevan aparejadas calidad y venta. Frederick Forsyth es, junto con Tom Clancy, uno de los mejores especialistas en novelas con trasfondo bélico y/o político, con altas dosis de realismo y con abundancia de datos históricos y biográficos reales. Si bien tanto uno como otro adolecen de cierto patriotismo pasado de fecha que también encontramos con frecuencia en los cines, hay que reconocer que sus novelas se venden porque las historias que cuentan son más o menos creíbles, muy entretenidas y, al menos en apariencia, están suficientemente documentadas. Es el caso del Vengador de Forsyth que, para mi gusto es una de las mejores obras del autor junto con Los perros de la guerra, que también encontramos entre la oferta de la misma editorial, si bien no es tan fresca y actualizada como la obra que nos ocupa. La construcción minuciosa de cada personaje, el gusto por los detalles y las tramas secundarias, que bien darían para otras tantas novelas, y un estilo depurado que tan solo puede ser fruto de la práctica, de recurrir a lo que realmente funciona, son los ingredientes de una obra como casi todas las de Forsyth: redonda y digna de una segunda lectura en el futuro a manos de los aficionados del género.
Ricky Colenso es un joven e idealista estudiante universitario norteamericano. Sus principios, y la creencia de que su ayuda puede valer para algo, lo llevan al centro de Bosnia en la década de los noventa, en plena crisis de los Balcanes, para trabajar en una ONG que presta apoyo a las miles de víctimas inocentes de la guerra. Allí, un despiadado gángster paramilitar que trabaja al servicio de Milosevic, acaba atrozmente con su vida, junto con la de otro cooperante y las de seis huérfanos más. Años después, una vez finalizado el conflicto, el abuelo de Ricky, un multimillonario magnate de la minería, removerá cielo y tierra para que el culpable comparezca ante la justicia americana. Cuando se terminan las opciones "oficiales" sin resultado alguno, recurre a un especialista, un antiguo soldado de las Fuerzas Especiales en Vietnam, cuyo trabajo es precisamente encontrar los escondites de terroristas y asesinos para sacarlos de sus agujeros, sin importar donde se encuentren y hacerlos pagar sus crímenes. Su nombre en clave es Vengador.
Nota: 8

Aficiones peligrosas


Ficha técnica:

Título: El Aura
Director: Fabián Bielinsky
Guión: Fabián Bielinsky
Producción: Gerardo Herrero, Mariela Besuievsky, Samuel Hadida
Intérpretes: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Alejandro Awada, Nahuel Pérez Biscayart
Año: 2006

Sinopsis y crítica:

Espinosa (Ricardo Darín) es un reservado taxidermista cuyo matrimonio se desmorona por minutos. Nada parece tener importancia para él salvo su profesión y un especial pasatiempo. Es una persona extremadamente observadora y perfeccionista en su trabajo y, además de disecar animales, se dedica, como hobby, a planificar atracos perfectos que nunca lleva a cabo. No tiene carácter para ello. Además de falta de espíritu, sufre de epilepsia, lo que lo convertiría en un pésimo asaltante. Cuando su mujer lo abandona definitivamente, Espinosa acepta la invitación de un amigo y colega de trabajo para cambiar de aires y pasar unos días de caza en la montaña. Una vez allí, un desafortunado accidente lo conecta de forma inesperada con un grupo de atracadores. Su inusual afición y el devenir de los acontecimientos lo obliga a meterse de lleno en el robo a un furgón blindado de un casino, encajando a contra reloj cada una de las piezas de un rompecabezas que desconoce por completo, pero en el que se juega literalmente la vida.
Interesante producción hispano argentina bajo los mandos de Fabián Bielinsky, quien ya sorprendió a propios y extraños con su primer largometraje importante, Nueve Reinas, y que regresa a la dirección de uno de sus actores fetiche, un Ricardo Darín al que el guión, también obra de Bielinsky, le sienta como un guante y que acapara casi todo el protagonismo de la cinta. La historia es buena, aunque se le puede sacar un poco más de partido, a mi entender. El reparto cumple estupendamente con su trabajo, destacando, además de Darín, una correcta Dolores Fonzi, en el papel de Diana, a quien también vimos en Plata quemada. Bajo la superficie del thriller, a media profundidad, discurre la triste historia de desamor y soledad del protagonista, que encaja muchas de las facetas clásicas de antihéroe: ermitaño y encerrado en su propio mundo. El monólogo de Espinosa dedicado a explicar lo que es el aura, que justifica y da título a la película, está un poco fuera de lugar o, al menos, es un tanto forzado. El guión, a pesar de todo, es más que notable y deja clara la capacidad de Bielinsky para gestar buenas historias que contar en la pantalla grande. No hay peros en ningún aspecto técnico de la dirección, pero las expectativas que despierta la historia durante la primera media hora no están a la altura del sabor final que dejan los títulos de crédito. Entretenida, pero no para tirar cohetes.
Nota: 6,5