11 abril 2006

No aciertas ni a la de tres... José Andrés


Está muy de moda eso del fogón y el puchero. Tenemos cocineros hasta en la sopa, si me permiten el juego de palabras. Oído Cocina o Duelo de Chefs en Cuatro, Hoy cocinas tú, en la Sexta o el sucedáneo Esta Cocina es un Infierno, de Telecinco, afortunadamente fuera de parrilla en la actualidad. Y eso, sin contar las emisoras locales. El caso es que la famosa nouvelle cuisine, que abanderaron en su día Ferrán Adriá o Juan Mari Arzak, parece continuar su progresión ascendente en España y la caja tonta aprovecha el tirón. De todos los pupilos de esa nueva tendencia, me he fijado en José Andrés, a quien podemos ver todas las tardes en TVE, en el programa Vamos a cocinar con José Andrés. En Estados Unidos es un gurú del buen llantar, que diría Labordeta. En su restaurante hay que reservar mesa con semanas de antelación y sus creaciones son solo aptas para bolsillos desahogados y paladares exquisitos. No he probado sus platos - ¡¡ya me gustaría!! - pero en lo televisivo, me parece un fiasco. Y de los gordos.
El empeño en explicar cada detalle de las albúminas, la fécula y las proteínas de cada alimento, la procedencia de los productos exóticos, etc. se hace soporífero. En cada programa, José Andrés interrumpe la elaboración del plato en cuestión para sentarse en una mesa, en plan clase magistral, y darnos una lección universitaria en química, historia y restauración. ¿Programa de cocina o Licenciatura en merengue suizo?. Quizás todo se reduzca a que el amigo José Andrés sabe mucho de cocina pero no tiene ni pizca de feeling en la pantalla: Si no está metido en harina no sabe qué hacer con las manos, su discurso está repleto de muletillas, reiteraciones y expresiones sin sentido, en ocasiones descuida la limpieza y el orden y eso, en la tele, se nota mucho. Lo peor de todo: Intenta hacer gracia sin ser gracioso. Además, suele utilizar infinidad de artilugios profesionales de cocina - termómetros digitales, medidores de densidad, etc.- que me cuesta ubicar en cualquier cocina media. Lo bueno si breve, dos veces bueno. No siempre es bueno rizar el rizo.
Con la excusa de la falta de tiempo en televisión, se abusa de la cámara rápida, con lo que se pierde mucha de la gracia que tiene el enseñar el proceso de elaboración. Cuando la cocina está manga por hombro, los efectos digitales de montaje - los duendecillos para el maestro - hacen el trabajo sucio pero rompen el ritmo. Muchos invitados son avasallados por las interminables explicaciones sobre texturas y sabores y su asistencia pierde sentido. Por no hablar de que el ex reportero de Caiga quien Caiga, Tonino, aparece ocasionalmente, aunque todavía estoy averiguando cuál es su función... Podría seguir hasta el infinito.Al pan, pan y al vino, vino. El auténtico genio de la cocina en la tele ha sido, es y será siempre Karlos Arguiñano, que además de buen cocinero de los de siempre, hace platos que hemos probado todos... y es un auténtico showman. Ni de lejos, le llegan los demás a la suela de los zapatos, tras años en antena y luchas en los despachos por contar con su rico, rico. Querido José Andrés: ya que te gustan tanto las clases universitarias, mira Telecinco a eso de las dos y toma apuntes, a ver si aprendes.

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