09 noviembre 2007

Miedo a comprometerse

Queridos lectores, estoy derrumbado. Es uno de esos días en los que me doy cuenta de que la profesión por la que me desvivo, la generadora de mis desvelos y mis reflexiones se cae a pedazos. ¿De qué sirven el esfuerzo, las buenas intenciones, la preocupación por tener un comportamiento y una visión adecuada de este trabajo? Para nada, por lo que se ve. A nadie le importa, ni lo que implica estar bien informado ni mucho menos informar adecuadamente.

Hacía muchos días que no veía los informativos de televisión y... todavía me estoy arrepintiendo. El 75% de la información diaria que recibe un español medio, proviene exclusivamente de la caja tonta – lo del hábito lector de prensa es materia para otro post y otra depresión – por lo que, para comprobar qué imagen del mundo tiene un ciudadano cualquiera, basta con echar un vistazo a los informativos. Y eso es lo que hice ayer, a eso de las 14 horas en Telecinco. La noticia que abría el informativo hablaba de cómo nos roban las maletas algunos mozos de aeropuerto de Barajas, convenientemente aderezado con imágenes de cámaras de seguridad. ¿Política nacional? ¿La cumbre iberoamericana que se inicia estos días? ¿La devastación en México por las inundaciones? ¿Las tensiones creadas por Irán y su uranio? Nada de eso. Lo más urgente e importante es saber cómo nos roba un desaprensivo nuestro equipaje. Y no sólo era la noticia de apertura; se volvió a repetir antes de la publicidad – para enganchar al espectador – y, más tarde, cuando correspondía hablar de ella, durante unos dos o tres minutos. En total, tres veces en una hora. Posiblemente, nada vuelva a ser igual ahora que sé que me robarán los calzoncillos de la mochila cuando me marche de fin de semana.

El resto de noticias, nacionales e internacionales, no pasaban de piezas breves de no más de treinta segundos. En el “prime time” de tarde – el momento que eligen casi todos para saber por dónde van los tiros – la información pura y dura, la actualidad... no llegó a los diez minutos. El tiempo restante estaba ocupado por “noticias” rebosantes de sensacionalismo, sensiblería y prácticamente nulo interés. Sucesos, sobre todo sucesos – primeros planos de sangre incluidos – y piezas cargadas de lo que los especialistas denominan “interés humano”, y que yo me permito bautizar como banalidad. El más claro ejemplo, un desquiciante fragmento que mostraba cómo unas decenas de personas se abalanzaban sobre las perchas de unos grandes almacenes para, chillando como zombis poseídos, hacerse con prendas de un conocido diseñador a precio de saldo. La BBC y el National Geographic se pondrían las botas en España haciendo un reportaje sobre el comportamiento de los primates. Y para rematar, al final de esta muestra de “periodismo comprometido”... los deportes.

No sé qué pensaran ustedes, pero me preocupa que esto no nos preocupe. Que no intentemos exigir a los periodistas – entre los que me incluyo – que nos ayuden a contextualizar y entender el mundo en el que vivimos, que traten de comprender y hacernos comprender los retos de futuro a los que nos enfrentamos, que nos doten de las herramientas necesarias para fortalecer nuestra sociedad y posibilitar una existencia medianamente feliz. Cuando hablo de compromiso no pienso en un reportero / aventurero en lo profundo de la Amazonía, cámara en mano. Hablo de profesionales concienciados de lo que implica su trabajo, de cuál es su finalidad social, de la importancia que tiene el buen periodismo como “hormigón” de unos cimientos que eviten que esta sociedad podrida se deshilache sin remedio. Si, cuando asistimos a estos lamentables ejemplos, que equiparan el periodismo con el espectáculo más zafio, no saltamos de indignación, no exigimos un cambio urgente... entonces mi vida, personal y profesional, estará tan acabada como este asqueroso mundo.

3 comentarios:

Aitor Lourido dijo...

y lo que te queda por ver, amigo, lo que te queda... Espera a verlo de cerca...

Bueno, si te consuela, a mí me pasa a diario. No eres el único. De todas formas, permíteme aconsejarte que NUNCA, ni de borrachera, pongas los "informativos" de T5 o A3. Te ahorrarás muchos disgustos. A mí me funciona. Directamente, desprécialos.

Y por otra parte, habrá que seguir bregando. En algún momento tendremos la oportunidad de hacer las cosas a nuestra manera. Agárremonos a eso y a ver qué tal se da. Pongámonos en marcha y a ello. Yo ya llevo algunos años empeñados, y algo ya he podido hacer. Poco e insignificante, pero es algo. Persevera compañero, persevera.

Un abrazo.

Kaiser y Raistlin dijo...

Querido Lord,

Tras una larga ausencia otoñal, hemos vuelto a actualizarnos con los comentarios del Contubernio.

Este post que acabas de hacer me lo veía venir, sinceramente. Sé que desde la Cancillería hemos sido (y lo seguiremos siendo) bastante duros con el gremio.

Evidentemente, no pretendemos generalizar, pero lamentablemente los profesionales que piensan o actúan como tú se cuentan con los dedos de las manos. Además, el individuo periodista es uno y se debe a una corporación empresarial y política, no lo olvidemos, pasa en todas las profesiones.

Siento no poder ayudarte, pero no voy a darte falsas esperanzas. Esto es lo que hay.

Sigue el consejo de Aitor, te vendrá muy bien.

Un fuerte abrazo, querido Lord.

EK, Mes V, Año 33

Revi dijo...

Como han dicho por ahi arriba, ahora mismo parece que es lo que toca en estos momentos, sucesos y deportes, el opio del pueblo.

Todo, por supuesto, por que lo pide la audiencia, y sino, lo pide el de arriba, como en TeleMadrid.

Yo te pido, como a dicho Aitor, que no desesperes y que sigais ahí, al pie del cañon. Os necesitamos.

Animo y un saludo a todos