16 octubre 2007

Mentiras piadosas


Título: Mi querido Frankie
Título original: Dear Frankie
Dirección: Shona Auerbach
Guión:Andrea Gibb
Intérpretes: Jack McElhone, Emily Mortimer, Gerard Butler
Año: 2004
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Lizzie, su hijo Frankie y la abuela han perdido la cuenta de las mudanzas que han hecho recientemente. Casi sin tiempo para desempaquetar, se ven una y otra vez buscando un nuevo lugar donde empezar desde cero. En un proceso sin fin de adaptación y descubrimiento, en una huída hacia delante que hace de la búsqueda de raíces un hábito incómodo, Lizzie procura que Frankie no olvide a su padre, obligándole a mantener con él una fluida correspondencia que diluya el aislamiento que provoca la sordera del pequeño. Gracias a las cartas de su padre, Frankie conoce los secretos de la vida en el mar, las rutas y las maravillas de los océanos y colecciona sellos de exóticos lugares. Lo que Frankie no puede sospechar es que es su madre, Lizzie, quien escribe y envía esas cartas, construyendo una imaginaria y perfecta figura paterna que le haga olvidar los constantes sinsabores diarios. ¿Durante cuanto tiempo puede mantenerse una mentira así?

Las cosas sencillas suelen ser deliciosas. Pasa con las recetas de cocina, con las personas... y también con las películas. Una vez más – reafirmando una sana y reciente costumbre – el circuito cinematográfico no comercial, al menos el que no está monopolizado por las gigantescas majors americanas, me ha dado una sorpresa estupenda. En esta película inglesa del 2004 – en España no estuvo en cartel hasta 2005 y actualmente sólo está disponible en DVD – aúna sencillez, sensibilidad y actuaciones sólidas, sin estridencias pero efectivas. Una buena historia no exenta de momentos agridulces, fiel al género dramático al que pertenece, pero con pequeñas “perlas” que “suavizan” los tragos amargos. Pocos personajes, aunque tratados con mimo, diálogos sencillos pero en el momento justo y una fotografía espléndida, espejo de la clase trabajadora británica. El cine europeo siempre es una buena opción si no les gustan a ustedes las grandes superproducciones; y éste es un palmario ejemplo de que las buenas películas no siempre son lo visibles que deberían, a pesar de contar con el beneplácito de público y crítica – la cinta ha recibido varios galardones –. Si en el fondo de sus corazoncitos duerme un viajero intrépido o un aventurero ansioso de conocer mil puertos distintos, seguro que sentirá un estremecimiento cuando empiecen a deslizarse los títulos de crédito finales por la pantalla. Si le gustan las historias hermosas sin llegar a la sensiblería fácil, no duden en verla.

Nota: 7,5

1 comentario:

Aitor Lourido dijo...

Muy bien amigo, como siempre: ¡oído cocina...!