12 febrero 2006

Rico, rico y...¿con fundamento?

Los escasos pero fieles seguidores de este diario saben que no puedo evitar, a pesar de intentarlo, dar mi opinión sobre la televisión que vemos los españoles. Los últimos estrenos catódicos me hacen reflexionar sobre el punto al que están llegando cadenas, productoras y programadores. Telecinco ha culminado la enésima versión del programa de tele realidad por excelencia, Gran Hermano. Y este año sí que puedo decir, sin faltar ni un ápice a la verdad que no he visto treinta segundos de un programa donde, por lo que me cuentan amigos aficionados, Mercedes Milá es cada vez más extravagante y rivaliza en protagonismo y mal gusto con los participantes.
¡Lo conseguí! He ejercido resistencia pacífica pero activa, cambiando de canal ante la más mínima mención a “la vida en directo” en cualquier programa de cualquier cadena. A lo máximo a lo que he llegado es a identificar, sin poner nombre, alguna cara del que imagino será algún concursante. Y es que es difícil esquivar la presencia constante de productos y subproductos de realties.
Cuarenta y ocho horas después de suspirar aliviado por la emisión de la última gala – ya había dejado de sentarme en el sofá en actitud de alerta felina – veo con estupor que la “Fuerza del Cinco” se limita a encasquetarnos otro engendro por el estilo, esta vez aderezado con la presencia de famosetes más o menos casposos: Esta cocina es un infierno. En esta ingeniosa propuesta, un par de maestros de la alta cocina comandan a dos equipos de “personalidades” en una cruzada culinaria de la que no puedo dar más detalles, pues en cuanto vi de qué iba la cosa regresé a mi batalla interior contra la mediocridad, agazapado tras el mando a distancia. Querida Carolina Ferre, ¿es que no aprendiste del fiasco de Plan C? En fin, hay que reconocer que quien no arriesga no gana. Lástima... ¡con lo bien que me cae esta muchacha!. El primer programa empezó en prime time a las diez de la noche y se alargó ¡¡al menos hasta las dos de la mañana, según pude comprobar!!. Y claro, comienza otra vez la auto alimentación y el bombardeo en los programas de Telecinco, desde la Quintana por al mañana, pasando por las tardes de A tu lado y culminando – imagino – con galas semanales y resúmenes diarios: el realty show genera y los demás programas comentan y engullen todo lo relacionado con él. La resaca de un realty enlaza con el comienzo del siguiente
¿Telecinco es un caso único? ¡¡No, amiguitos!! Antena 3 se lanza al charco de la televisión de vanguardia con ¿Cantas o qué?, un karaoke para famosos, presentado por Paula Vázquez, que intenta emular el éxito de audiencias de Mira quién baila de TVE. Mire a donde mire... lo mismo por todas partes.
En serio, ¿tan poco productiva es una televisión en la que la tele realidad no esté presente? ¿Es que no hay ideas frescas y contenidos de calidad que, además de darle €uros a la empresa transmitan algo más?. No quiero ser catastrofista ni exagerado, tampoco quiero dar lecciones a nadie, pues no soy académico ni especialista en televisión pero la caja se vuelve más tonta por segundos. Ahora entiendo al fiscal Fungairiño, que no leía la prensa y sólo veía los documentales de la BBC. Acepto donativos para comprar libros. Lamentablemente, me estoy quedando sin opciones.

1 comentario:

AZOTE DE INFIELES dijo...

No sé si recordara, querido timidín, cuando le decia que, La Cuatro, tenñia mucho que decir al poner en antena una alternativa. Sin entrar, de momento, a valorar la calidad del producto, sí puedo decir, a boca llena, que es la alternativa, la única alternativa al resto de cadenas.
AZOTE DE INFIELES