03 septiembre 2007

El regalo de Mónica

A la mayoría de la gente le sucede siempre lo mismo: cuando la vida le golpea con un contratiempo, se apresura a anticipar nubarrones negros, sufrimientos interminables y malgasta su tiempo en maldiciones proferidas contra su destino y su mala suerte. Y todo esto, sin darse cuenta de que nunca se cierra una puerta sin que se abra antes una ventana. Esto mismo le sucedió a Jil van Eyle. Cuando supo que su hija Mónica padecía hidrocefalia – una extraña y cruel enfermedad – se le vino, literalmente, el mundo encima. Los primeros momentos fueron duros, aunque pronto supo que no podía darse por vencido. No podía hacerle aquello a su pequeña. Aprovechando sus conocimientos del mundo de la empresa y la gestión, inició un larguísimo peregrinaje por distintas asociaciones y entidades, tratando de encontrar ayuda para Mónica y para otras familias que, como la suya, estaban pasando por el mismo trance; y se sorprendió de la cantidad de energía, dinero y recursos que se malgastaban sin remedio.

Y entonces, sin hacer nada, sin decir una palabra, su hija Mónica le hizo un regalo. Uno de tantos y tantos con los que colmaba cada momento de su vida. Hizo que Jil tuviese una idea. Una idea que, realmente puede cambiar el mundo y que, de pura simplicidad, asusta por lo buena que es. Se trata, sencilla y llanamente de trabajar en equipo o, utilizando el término anglosajón, hacer Teaming.

¿Cuántas ONG’s existen? ¿Cuántas causas, empresas y fundaciones benéficas? Es difícil decidirse a colaborar con cualquiera de ellas cuando constantemente conocemos escándalos por malversación, desvío de fondos, etc. No apetece arrimar el hombro con tanta gente ruin y mezquina repartida por ahí. Bien. ¿Por qué no actúas tú directamente? Parece complicado pero no lo es ¿Preocupado por tu dinero? No sufras, no creo que puedas ir a ningún lado con 1 €.

Imaginemos que trabajas en una empresa de cincuenta empleados. Y tú, que a través de esta bitácora conoces la existencia del Teaming, decides hacérselo saber a todos. Les explicas a tus compañeros que el Teaming no es una ONG, ni una empresa, que no hay cuentas bancarias, ni apadrinamientos, ni cuotas. Se trata, simplemente, de una idea basada en el concepto de arrimar el hombro por alguien, trabajando en equipo y descontando de cada nómina 1 € mensual. ¿Realmente crees que alguien puede sufrir sin un Euro al mes? Una vez que tus compañeros acceden a que les sea descontado de su nómina el precio de un café mensualmente, se lo haces saber a tus jefes para que, a través del departamento en cuestión, gestionen la cantidad resultante y la destinen a la causa benéfica que tú mismo – en votación con tus compañeros, por ejemplo – decidas libremente. Quizás la propia empresa quiera aportar su grano de arena, sobre todo cuando se entere que le reportará beneficios fiscales el colaborar con causas de este tipo.

Y ya está. Estás haciendo Teaming, ayudando a alguien y asegurándote que tu dinero va donde se supone que debe. ¿Crees que es poco? Tu idea se traduce en 50 € mensuales, o lo que es lo mismo, 600 € anuales. Cuanto más grande sea la empresa, más dinero podrás recaudar para la causa que tú quieras. Os recomiendo a todos que visitéis la página de Jil, donde lo encontraréis todo explicado con una claridad meridiana, y donde podréis descargar toda la documentación necesaria para empezar a hacer Teaming ya mismo. No olvidéis que el Teaming es sólo una idea. El trabajo y la responsabilidad es vuestra y de nadie más. Confío en vosotros, fieles lectores, para que, por una vez que hay colgado en esta página algo que merece la pena, le deis toda la difusión de la que seáis capaces. Y que demostréis que las pequeñas ideas pueden dar gigantescos resultados. Trabajemos en equipo por una vez.

Le agradezco a Mónica que haya inspirado a su padre. Y a Jil, le doy las gracias por ser tan atento al responder a mis mensajes y al permitirme hablar de su idea en este humilde blog. Salud y buenos alimentos, hermanos.

2 comentarios:

Aitor Lourido dijo...

querido brithuss:

me alegra que este tema te haya impactado y escribas sobre ello. demuestra que llevas dentro un alma de las que ya quedan pocas.

ojalá todos escribiéramos más sobre estas cosas y dejáramos de machacar siempre lo mismo.

ah, y ya me dirás que te ha contado Jil.

un abrazo

web master dijo...

La idea es bonita sí, pero permítanme pecar de escéptica, no sobre la buena voluntad de Jil, en la que sí creo, sino en la de los demás. Cuando estaba en el colegio recuerdo que, en una ocasión, toda la clase decidió apadrinar a un niño, la idea tuvo una aceptación tremenda y todo el mundo se volcó y se comprometió sin reservas... el primer mes. Al segundo, os lo digo en serio, a nadie le interesaba ya la idea y mucho menos el supuesto destino que íbamos a darle a aquel niño.
Sé que no es la misma idea, pero creo que la gran parte de la gente pasa olímpicamente de este tipo de cuestiones, al principio pueden disimular y "comprometerse", pero al final sale a relucir el egoismo y la dejadez. Trabajar en equipo es una bonita idea, con muchas posibilidades, pero siempre que haya equipo con el que trabajar, y aunque me pese creo que ese espíritu de colaboración está moribundo.

Siento parecer tan pesimista pero es lo que creo, eso no quita que no pueda apreciar lo bonito y auténtico de la idea de Jil. Hay una película bastante buena sobre algo parecido, se llama "Cadena de favores" y es preciosa. En ella se defiende una idea igual de sencilla y humana, y en apariencia perfectamente realizable... pero desde que la vi no he visto a nadie intentando llevarla a cabo, aun siendo tan fácil, de ahí mis dudas. Sé que siempre nos quejamos de las mismas cosas, y, por lo menos yo, puedo llegar a ser cansina con el tema, pero también sé que no es algo gratuito y que es algo que realmente nos afecta: El Tema de nuestro tiempo, creo yo, ese Tema que se refleja en innumerables hechos, base de toda esta blablablablablablablablabla.

Besos chicos (si nadie me para...).