16 diciembre 2006

Sonríe al pajarito

Quien lee este diario con frecuencia sabe que, a veces, pierdo la fe en mi profesión porque, cada día más, parece empecinarse en una desenfrenada carrera hacia la politización, la mediocridad, el salir del paso, la ausencia total de seriedad o criterio y el "quítate tú para ponerme yo". Casi a diario, te sientes una pieza insignificante dentro una maquinaria gigantesca, al borde del abismo en una espiral descontrolada, sin que sepas exactamente qué hacer. Te sorprendes a ti mismo asqueado por la imagen que proyectas a la sociedad, por la falta de confianza de los ciudadanos en tu trabajo, una labor que, en teoría, es esencial para la construcción de las sociedades democráticas en las que viven cómodamente instalados.

Como se dice en mi tierra, no puedes pedirle a un ladrillo que dé aceite. No puedes esperar de los lectores, oyentes o espectadores una actitud distinta a la desconfianza, la sorna o el desprecio, sin más. Entre todos les hemos acostumbrado a creer que cualquiera puede publicar o emitir auténticas barbaridades para defender sus asquerosos intereses. Una mentira tras otra, o lo que es peor, una sucesión de verdades a medias que, repetidas hasta el infinito, pretenden convertirse en dogmas universales. Eso sí, todo esto en aras de la sacrosanta libertad de expresión, la objetividad y la verdad periodística. No me dirán que, ante semejante panorama, no perdería la paciencia hasta el santo Job.

A pesar de esta oscura estampa, mis leales también sabrán que, fiel a una inherente contradicción de pasiones, también suelo envalentonarme cuando veo una pequeña muestra de saber hacer, una injusticia digna de denunciarse o un poco de pasión bien encaminada. Y, afortunadamente, hace pocos días, he vuelto a reconciliarme con el mundo y con las cosas en las que creo gracias a un fotógrafo de prensa. No es por su trabajo del día a día. En los periódicos no hay arte ni florituras; sólo hay que cumplir expediente, sobre todo cuando cobras en función de las fotos publicadas. Admiro a este fotógrafo en particular porque no se vende.

Al menos una vez al año, a cargo de su propio bolsillo y sin más respaldo que el deseo de ser fiel a sí mismo, se marcha a los rincones más insospechados del planeta con el único objetivo de sacar fotos y contar las cosas tal y como las ve, sin presiones políticas o empresariales. Y lo hace porque quiere, y porque cree que es su obligación mostrar cómo es la vida lejos de los focos de la actualidad, sin el calor que proporciona la manta del primer mundo y las esclavitudes impuestas por el "Estado de bienestar". No saca fotos por encargo sino por gusto, no tiene más jefe que él mismo y no hay más plazos que los impuestos por el presupuesto. No hay dobles intenciones ni mensajes soterrados, tan sólo historias perseguidas entre mercados y callejones.

Viendo su trabajo comprendes lo loco que está el mundo. Con sus fotos entiendes que la sonrisa de un mocoso que mira a cámara es igual de hermosa aquí que en Afganistán, o que no todas las arrugas de la cara de un anciano kosovar son esculpidas por el tiempo. Paisajes, personas, modos de vida... nada escapa al disparador de este loco maravilloso, de este romántico cazador de instantes, igual de efectivo y certero que un Smith & Wesson cualquiera. Y para colmo es modesto y sencillo; constantemente se quita la capa de super héroe que, por instinto, le colocas a las dos horas de conocerle y de saber cuál es la gasolina que alimenta su motor. Le admiro y le respeto porque cree en lo que hace y, además, porque lo hace bien. En su próximo viaje, mi corazón irá en su mochila, aunque sólo sea por devolverme la esperanza durante unas semanas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos, lord...

Me alegra hondamente volver a leerte. La espera a merecido la pena, como siempre.
Ciertamente, los periodistas estamos en horaas muy bajas. Los militares y los curas ya tienen más prestigio público que nosotros, según las encuestas. Es para estar más que preocupado. Pero artículos como éste podrían ayudar a más de uno a reorientarse profesionalmente, cogiendo nuevos bríos. Y quién sabe si algún lector-espectador-oyente descubre que todavía no está todo perdido. En fin amigo, felicidades de nuevo por tu balsámica prosa. Y recuerda, estás invitado a mi pequeña blogosfera: ex-profeso.blogspot.com

un gran abrazo

Anónimo dijo...

Hola, es la primera vez que entro aquí, vengo desde la casa de mi amiga Ginebra, me has dejado con las ganas de ver el trabajo de tu amigo, despues de decir esas cosas de el...
Me a gustado lo poco que he podido intuir en este post de tu forma de ver las cosas, con más tiempo si no te importa, me pasaré a leerte, un saludito.

Batsi dijo...

Ví la foto que enlazaste. Puedo entender lo qué has posteado porque conozco un par de fotográfos de Alemania que se dedican a lo mismo. Salvan imagenes que si su ayuda seríamos incapaces de conocer.

Mi querido colega de la libertad, le había extrañado mucho. Y no hay manera de saber de usted. Si ya no te veo, quiero desearte una feliz navidad; un excelente año nuevo ¡que sea TU AÑO! Y sobre todo mucho amor y que encuentres de nuevo una mujer que sepa aceptarte como eres y llene tus aspiraciones.

TE ABRAZO

Brithuss dijo...

Estimados amigos:

Gracias por esperar pacientemente a mi regreso. Es bueno saber que, aunque desaparezca temporalmente, mis fieles y amados lectores me siguen la pista.

Aitor:

Creo que necesitaremos muchos, muchos, muchos post como éste para cambiar las cosas, sobre todo las mentalidades de quienes informan y de los informados. También hace falta gente valiente ¿Te apuntas?. Te visito periódicamente y, con tu permiso ésta página contará con un enlace a la tuya en breve

Maat:

Bienvenida a este humilde rincón de la red. A tu disposición para lo que quieras, espero que te gusten también el resto de posts (de temática bastante heterogénea, como podrás comprobar) Si sigues interesada en conocer el trabajo de éste fotografo, puedes hacerlo pinchando en el enlace a su página que está inserto en el post o directamente a través de la dirección http://www.albertoprieto.net. Un saludo

Ginebra:

Gracias por estar siempre al pie del teclado, fiel a mis desvaríos y demás, a pesar de las ausencias y los descuídos. También te deseo felices fiestas etc. Por cieto, puedes localizarme a través del correo electrónico del blog (brithussbitacorae@hotmail.com). Un besito y gracias por tus amables comentarios

L.B.