
Sé que es difícil, pero traten de imaginarse la escena: Aquí, el que suscribe, aún deglutiendo el último bocado de callos enlatados - cruel economía de finales de mes, no quieran saber más - aferrando el mando a distancia y dispuesto a hacer la digestión ante la caja tonta. Viendo el panorama, pletórico de tomate agrio y dramones con acento sudamericano, acudo al único valor seguro a esas horas. La segunda cadena del Ente. Pulso el dos y me preparo para ver las costumbres amatorias del colibrí de la Pampa cuando....¡¡qué ven mis ojos!!. Zapatero, todo sonrisa, talante y liderazgo con un tocho considerable de folios, haciendo gala de su oratoria ágil y entretenida, en la tribuna del Congreso, explicando a sus señorías lo bien que va todo, con planos intercalados de Zaplana y Rajoy descompuestos, haciéndose cruces ante la inminente rotura de España.
Pero, ¿qué es esto? ¡Política de altos vuelos a la hora de la siesta! Y no una simple votación chusquera, sino todo un debate del estado de la Nación. Pues, como diría mi amigo JoseMari... mirusté, no pienso tragarme este tostón, por mucho que algunos hooligans politiqueros y ultrasures de partido estén ahora mismo con las bufandas de la gaviota o el puño y la rosa, haciendo la ola en la sala de estar con unos panchitos y unas banderillas picantes. Cuesta lo suyo digerir los callos como para fumarme esta historia. Ya leeré las mentiras mañana en los periódicos.
Antes de apagar la tele y tener un mano a mano con las normativas y señales de la DGT o con Marco Aurelio, aún no lo tengo decidido, casi por instinto, hago un barrido por las cadenas, como para matar el gusanillo. Y...no puede ser... ¿más sorpresas?. Efectivamente, damas y caballeros, un Martes, a las cuatro de la tarde, en Antena3, como si de un horrendo espejismo se tratara, un especial de Dónde estás Corazón con el Cantizano y el resto de la plantilla de galácticos, con cara de compungidos dando todo tipo de detalles sobre el estado de salud de Rocío Jurado, cuya vida se apaga por momentos a causa de una grave enfermedad.
¡¡Hay que joderse!! María Patiño, con las venas de cuello talla S - se ve que está calmada a estas horas - está de avanzadilla en Villa Jurado, o como se llame, al pie del cañón, en plan reportera de guerra, dando unos detalles que, por otra parte y como es perfectamente normal, brillan por su ausencia. Y lo peor es que, tras la leona de los platós se adivina un mar de cabecitas, alcachofas de gomaespuma, trípodes y cámaras apelotonados al pie de los muros de la residencia. Todos "enviados especiales", muy dignos ellos, impasible el ademán, ganándose las habichuelas a costa del dolor ajeno, chupándose más guardias nocturnas que un soldado raso en una garita de la Legión.
Hombre, es cierto que, gustos aparte, la Jurado ha sido y es uno de los más importantes valores de nuestra canción y nuestra cultura. Pero está enferma y se muere. Así de simple, qué se le va a hacer. Y eso tan sólo debería importarle a su familia y sus amigos más cercanos. Pero allí están, en la trinchera, los buitres rosas, para hacernos partícipes de un sufrimiento que no es el nuestro. Y nosotros, dóciles y aborregados, engullimos. Y la digestión se me hace más difícil que la de los callos.
Aún me pregunto cómo mis padres, cuando alguien les pregunta por la ocupación de aquí, un servidor, dicen la verdad: que formo parte de esta pandilla de hienas, aunque sea de rebote. En lugar de dejarme en buen lugar diciendo que soy tornero fresador, por ejemplo.
3 comentarios:
Muy interesante tu post. Lo que más gracia me hace de los programas del corazón es cuando dicen aquello de "pero si es una persona pública no puede enfadarse porque queramos saber su vida", pero si es que no sé a quién le puede interesar qué marca de desodorante usan Isabel Pantoja o el mismísimo Cachuli.
La eterna pregunta es: ¿Vemos lo que vemos sólo porque no hay más oferta o es que no hay más oferta porque lo que realmente queremos ver es lo que vemos? No sé si me explico.
L.B.
A la perfección.
Creo que a la mayoría le ha llegado a interesar el cotilleo asesino, igualito que nos ha pasado con la Fórmula 1, que de tanto machacar...
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